La expresión “ser cachirulo o cachirula” se emplea como una frase popular en el ámbito del futbol.
En el vasto repertorio del lenguaje popular mexicano, emerge una expresión enigmática que se ha tejido en el tejido cultural, convirtiéndose en parte integral de la comunicación cotidiana: “ser cachirulo o cachirula“. A menudo, estas frases coloquiales se deslizan en nuestro vocabulario sin que reflexionemos sobre su origen o su significado real, y esta expresión no es la excepción.
En un viaje a través de las palabras, descubrimos que el término “cachirulo” tiene sus raíces en el vocablo “cacho”, según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE). En el habla coloquial de España, cuna de muchas expresiones adoptadas por México, se utiliza para referirse a un objeto sin mencionar su nombre específico. Además, la RAE ofrece diversas interpretaciones, desde una antigua embarcación de tres palos con velas hasta adornos en la divisa del toro y pañuelos típicos aragoneses.
En el contexto mexicano, la palabra también se vincula con un personaje de la televisión de las décadas de 1950 y 1960, creado por el actor Enrique Alonso, cuyo distintivo era su cabello rojo. El término “cachirulo” también ha tomado diferentes significados en México, incluyendo referencias a objetos como vasijas pequeñas, cometas o incluso parches y remiendos. Esta versatilidad léxica añade capas de complejidad a su comprensión.
Sin embargo, uno de los significados más intrigantes de “cachirulo” en México se entrelaza con el mundo del fútbol. La expresión tomó relevancia en uno de los episodios más polémicos del deporte en el país, cuando varios jugadores de la Selección Mexicana juvenil fueron descubiertos alterando sus fechas de nacimiento para participar en el Mundial Juvenil.
La investigación, desencadenada por el periodista Antonio Moreno, reveló que algunos jugadores, conocidos como “cachirules”, excedían la edad permitida por la FIFA. La creencia popular sugiere que esta denominación se originó en el término “chachirulo(a)”, utilizado en el siglo XX para referirse a remiendos de baja calidad en la ropa, extendiéndose luego a todo lo de dudosa calidad.
Con el tiempo, “ser cachirulo o cachirula” en México ha evolucionado para denotar que alguien o algo ocupa el lugar de otro. Esta metamorfosis lingüística nos recuerda que cada expresión lleva consigo una historia, una conexión entre el pasado y el presente, que enriquece la trama de nuestra lengua y cultura.