La estancada crisis fue agravada por las desigualdades socioeconómicas que limitan el acceso y la calidad de la educación, tras el parón educativo que trajo la pandemia.
El informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial destaca la persistente crisis de aprendizaje en Latinoamérica, agravada por las desigualdades socioeconómicas y el impacto de la pandemia en la educación. Según el informe, los estudiantes de la región tienen un retraso educativo promedio de 5 años en comparación con sus pares de países miembros de la OCDE.
Se resalta que la mayoría de los jóvenes de 15 años en la región carecen de habilidades matemáticas y de lectura básicas, lo que refleja una situación preocupante en términos de calidad educativa. Este problema afecta especialmente a los estudiantes de hogares con bajos ingresos, evidenciando la falta de equidad en el acceso a una educación de calidad.
Entre los países evaluados, Paraguay, República Dominicana y El Salvador obtuvieron las peores puntuaciones, mientras que Chile, Uruguay y México tuvieron un mejor desempeño. Sin embargo, la desigualdad en la región persiste, ya que ningún país logró alcanzar niveles de inclusión superiores a la media en las pruebas PISA.
Para abordar esta situación, se sugiere no solo aumentar la inversión en educación, sino también mejorar la infraestructura y otros factores que pueden influir en el éxito educativo de los estudiantes. Estrategias como las tutorías personalizadas se presentan como opciones efectivas para mejorar el rendimiento académico.
En resumen, el informe destaca la urgencia de tomar medidas concretas para abordar la crisis de aprendizaje en la región y garantizar un acceso equitativo a una educación de calidad para todos los estudiantes.