Las familias se preparan desde el 29 de noviembre con su última ofrenda para despedir el 30 de noviembre a los finados.
La comunidad de El Maguey, anexa a Ojo de Agua, se prepara desde el 29 de noviembre para llevar a cabo la última ofrenda en el marco de la celebración de Santorom, día de muertos en la tradición tének. Las personas mayores de la comunidad buscan varas en la sierra para elaborar las mesas donde colocarán las ofrendas el 30 de noviembre. Además, limpian el árbol de Mora, donde se colocarán los arcos.
Demetrio Flaviano, narrador de la tradición, destaca que esta práctica ha sido transmitida de generación en generación en su familia. El árbol de Mora es considerado sagrado, ya que ha sido testigo del paso de la vida y la muerte a lo largo de los años. En el pasado, era utilizado como ruta para llevar a los difuntos desde la Pitahaya hasta Ojo de Agua y, finalmente, al panteón de San Antonio Huichimal.
El 30 de noviembre, la comunidad se reúne para despedir a los difuntos. Colocan arcos en el árbol, ofrecen tamales, frutas, pan, aguardiente, plátanos, gordas de horno, dulces y otros elementos que le gustaban al difunto. Después de la celebración, los difuntos regresan al descanso eterno, con la promesa de ser recibidos nuevamente el próximo año.
La comunidad realiza una oración y agradece a sus difuntos mediante cohetones. Posteriormente, recogen la ofrenda y se despiden con alegría. La celebración de Santorom marca el cierre de esta festividad, con la esperanza de encontrarse nuevamente el siguiente año.