La empresa Statista informó que, desde 2019, aumentó 9% el consumo de prendas usadas.
En México, la adquisición de prendas de segunda mano ha experimentado un notable auge, motivado por el interés en la moda vintage, el atractivo de los precios accesibles y una creciente conciencia económica. De acuerdo con una encuesta realizada por Statista, el 54% de los mexicanos compraron artículos de segunda mano en 2023, lo que representa un crecimiento del 6% desde 2019. Este mercado se ha expandido a través de diversos canales, incluyendo plataformas digitales, bazares y tianguis.
Particularmente, el Estado de México (Edomex) se destaca como una de las entidades con mayor actividad en la compra de ropa de segunda mano en los tianguis. Clara González, comerciante en el tianguis de Tultitlán, declaró para El Sol de Toluca que la demanda de estas prendas ha aumentado en un 200% en los últimos meses. González subraya que esta práctica se ha convertido en un motivo de orgullo entre los consumidores, quienes presumen de su habilidad para encontrar productos de calidad a precios bajos. La creciente aceptación de la ropa de segunda mano ha contribuido a la disminución de estigmas asociados a este tipo de consumo.
Cada puesto o tianguis tiene sus propios métodos para promocionar y fijar los precios de las prendas. Por ejemplo, en el mercado sobre ruedas de Tultitlán, los precios comienzan desde 50 pesos, variando según la marca y el tipo de prenda. En otros tianguis, como el de Arboledas en Tlalnepantla, la ropa se exhibe en ganchos, lo que facilita la visualización de los productos por parte de los compradores.
La popularidad de la ropa de segunda mano se debe a varios factores, según González. Primero, muchas personas buscan adquirir prendas a bajo costo o generar un ingreso extra mediante la reventa. Segundo, existe una creciente conciencia ambiental que motiva a los consumidores a optar por productos reutilizados. Edomex encabeza la lista de estados con mayor consumo de ropa de segunda mano, seguido por Jalisco, Nuevo León, Puebla y Guanajuato. Este fenómeno refleja una tendencia en crecimiento que combina beneficios económicos y sostenibilidad ambiental.