El gestor cultural Julián Díaz Hernández capturó la vida y contribución de Florencio Robledo en su libro “Valles y su Gente”.
Florencio Robledo Rodríguez, un empleado y personaje querido en Ciudad Valles, dejó una profunda huella como promotor cultural a pesar de las limitaciones que enfrentó a lo largo de su vida. Su ejemplo de tenacidad y esfuerzo sirvió de inspiración para muchos, demostrando que las barreras físicas no son impedimento para alcanzar metas significativas.
Nacido el 23 de febrero de 1962 en la colonia “La Diana”, Florencio enfrentó desde joven las dificultades que conlleva una discapacidad física; sin embargo, esta circunstancia no lo detuvo en su camino hacia la educación y el éxito. Acompañado por su madre Quirina Rodríguez, quien empujaba su silla de ruedas, Florencio asistía a la Secundaria para Trabajadores en los años setenta, donde demostró su capacidad académica con un promedio de 9.
Después de graduarse de la secundaria, continuó su educación en el “Instituto Alfa”, donde cursó la carrera de Contador Privado; empero, su verdadera pasión y compromiso residían en un lugar diferente: el módulo del “Correo del Libro” en la plaza principal de Ciudad Valles. Desde finales de la década de los ochenta, Florencio se convirtió en el encargado de este espacio cultural, donde promovió la lectura y el acceso a libros diversos para la comunidad.
El “Correo del Libro”, junto con Florencio, se convirtió en un símbolo cultural en Ciudad Valles. En cambio, como es lamentablemente común en el ámbito gubernamental, su labor y contribución a la cultura a menudo fueron pasados por alto. A pesar de los desafíos, el módulo encontró su ubicación en diferentes lugares de la ciudad debido a diversas circunstancias. A pesar de los obstáculos, Florencio perseveró en su labor.
Durante sus años en el módulo, Florencio mantuvo viva la esperanza de que las autoridades reconocieran la importancia cultural de su trabajo. No obstante de las dificultades, siguió coleccionando libros y ofreciendo a la comunidad un espacio para el aprendizaje y la exploración literaria. Su compromiso con la cultura y su capacidad para superar adversidades lo convirtieron en un referente para la comunidad local.
Lamentablemente, el 12 de agosto de 2011, Florencio Robledo Rodríguez falleció a los 49 años debido a una deficiencia pulmonar. Su partida dejó un vacío en la comunidad cultural de Ciudad Valles, pero su legado como promotor incansable de la lectura y el conocimiento sigue vivo en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo.
El periodista, historiador, escritor y gestor cultural Julián Díaz Hernández capturó la vida y la contribución de Florencio Robledo en su libro “Valles y su Gente”. La historia de Florencio continúa inspirando a las generaciones venideras a superar obstáculos y a valorar el poder transformador de la cultura.