La guerra en Gaza desató múltiples manifestaciones en el sector educativo de Estados Unidos, lo que representa un nuevo obstáculo en la gestión del demócrata.
En medio de las campañas presidenciales en Estados Unidos, el presidente Joe Biden enfrenta un nuevo desafío en su camino hacia la reelección. Las manifestaciones en varios campus universitarios de todo el país en solidaridad con Palestina han generado un clima de descontento entre los estudiantes, quienes protestan por el reciente conflicto en Gaza.
Estas manifestaciones podrían representar un obstáculo significativo para la candidatura de Biden, ya que el sector estudiantil, compuesto por latinos, asiáticos, afroamericanos y miembros de la comunidad LGBTQ+, constituye una parte importante del electorado. Sin embargo, Biden se encuentra en una situación complicada debido a su compromiso con Israel en su lucha contra el grupo terrorista Hamas.
El conflicto en Medio Oriente ha creado una división en el gobierno de Biden y el Partido Demócrata. Mientras Estados Unidos continúa proporcionando apoyo militar a Israel, también ha respaldado un cese al fuego temporal para permitir la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. La Casa Blanca ha expresado su preocupación por el alto número de víctimas civiles en la región.
A pesar de las críticas, el flujo de armamento militar hacia Israel no se detiene, y Estados Unidos sigue utilizando su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a Israel de posibles resoluciones desfavorables.
Esta ambivalencia ha tenido un impacto en las cifras electorales. Dentro del Partido Demócrata, muchos votantes han optado por la opción de “no comprometido”, especialmente en estados que históricamente han favorecido al partido. Además, las encuestas muestran que Biden está perdiendo apoyo entre los jóvenes, con un descenso del 15% en comparación con las elecciones de 2020, principalmente debido a la guerra en Gaza.
Las protestas estudiantiles, que han alcanzado a unas 140 universidades en 45 estados, plantean un dilema para la campaña de Biden, quien debe encontrar la forma de conservar el apoyo de la franja demográfica que lo llevó al poder mientras mantiene relaciones diplomáticas con Israel.