Tras ser rechazadas ambas peticiones, Mariana López Ponce alegó malos tratos y discriminación.
La vicepresidenta de la Federación Universitaria Potosina (FUP), Mariana López Ponce, se encuentra en medio de una gran controversia y ha generado un fuerte malestar entre los estudiantes. Esto se debe a que se confirmó, a través de una solicitud de transparencia, que había solicitado a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) la cantidad de 126 mil pesos para organizar una fiesta privada para el Grupo Alfa, como agradecimiento y celebración por su victoria en las elecciones estudiantiles.
Según el documento, López Ponce realizó la solicitud el 19 de mayo, antes de asumir funciones como vicepresidenta. La propia vicepresidenta confirmó mediante redes sociales que el dinero solicitado era para financiar una fiesta con salón, alberca, inflables, música, alimentos y bebidas, pero exclusivamente para los allegados del Grupo Alfa, no para toda la comunidad universitaria.
Actualmente, Mariana se encuentra en medio de la polémica debido a diversas demandas excesivas que ha realizado en nombre de su cargo, incluso sin consultar a la presidenta de la FUP, Miroslava Giselle González Sánchez. Entre estas solicitudes se destaca la petición de un vehículo para uso personal, argumentando que tenía derecho a ello por ser representante estudiantil.
Cuando la petición fue rechazada, el viernes 26 de mayo, día en que asumió su cargo, la vicepresidenta de la FUP denunció públicamente haber sido víctima de malos tratos, violencia y discriminación por parte de trabajadores de la UASLP por su condición de mujer, afirmando erróneamente que sus predecesores, todos hombres, habían recibido apoyo.
Sin embargo, según varios estudiantes cercanos a ella, esta denuncia parece ser más una estrategia para presionar a la UASLP y lograr que se cumplan las peticiones, muchas de las cuales son consideradas abusivas. Cabe recordar que su antecesora fue Karen Marian Saucedo Castro, estudiante de la Facultad del Hábitat.
El escándalo desatado por la vicepresidenta ha generado un gran malestar entre la comunidad universitaria, ya que consideran inaceptable solicitar recursos para una fiesta privada cuando la universidad y los estudiantes tienen otras necesidades prioritarias en las que se debería invertir.