Las autoridades educativas se han centrado en la reconstrucción en Acapulco y Coyuca de Benítez, pero solo han visitado el 18% de los planteles en estos municipios.

El 25 de octubre, el huracán Otis azotó la costa de Guerrero, desencadenando una crisis humanitaria caracterizada por la falta de acceso a servicios básicos, la destrucción de viviendas y daños en los servicios públicos. Esta situación llevó a la autoridad educativa local a cerrar temporalmente las escuelas en los municipios afectados debido a las condiciones precarias de salubridad, seguridad e infraestructura.

Inicialmente, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana identificó 46 de los 85 municipios del estado como zonas de desastre. Estos municipios albergan a siete de cada 10 estudiantes de educación obligatoria en Guerrero. Sin embargo, las autoridades aún están evaluando y cuantificando los daños en las escuelas. Aunque la Secretaría de Educación de Guerrero informa daños en 369 planteles, estos informes se centran únicamente en Acapulco y Coyuca de Benítez, abarcando solo 2 de los 46 municipios afectados.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realizó un análisis más amplio, estimando que dentro de los 46 municipios afectados, hay 625 mil estudiantes, 38 mil docentes y 7 mil 498 escuelas de educación obligatoria afectadas por el cierre de escuelas debido a la emergencia.

Es crucial que las autoridades prioricen la recuperación de los servicios educativos para evitar mayores afectaciones a la formación de los niños y jóvenes en las zonas más afectadas. Sin embargo, hasta ahora, no se ha implementado una estrategia para abordar los estragos que esta crisis tendrá en la educación, a pesar de que el Plan General de Reconstrucción de Guerrero no destina recursos específicos para la recuperación educativa.

Además, aún no se ha trazado una ruta de emergencia para la reconstrucción prioritaria de escuelas, lo que podría minimizar el cierre prolongado y sus repercusiones en la educación. La situación se agrava dada la precaria condición de Guerrero, que ya enfrentaba desafíos educativos antes del huracán.

Guerrero es la entidad menos competitiva del país según el Índice de Competitividad Estatal (ICE). En educación, ocupa el tercer lugar con la escolaridad promedio más baja, 7.6 años frente a la media nacional de 9.7 años. Cerca del 10% de los niños y jóvenes en el estado no asisten a la escuela, y solo el 16% completa la educación superior.

La interrupción de las clases presenciales podría tener un impacto negativo en la continuidad del aprendizaje, especialmente para aquellos que ya enfrentan desafíos socioeconómicos. La experiencia previa de cierres prolongados durante crisis anteriores resalta la importancia de abordar estas interrupciones para evitar pérdidas sustanciales en el futuro ingreso de los estudiantes, según el Banco Mundial.

Para mitigar estas consecuencias, es esencial realizar un recuento preciso de la situación de las 7 mil 500 escuelas en los municipios afectados y establecer una colaboración efectiva entre el gobierno, organizaciones no gubernamentales y la comunidad en general. Este enfoque integral podría incluir apoyo emocional, estrategias flexibles como la educación en línea, y la adaptación de espacios para garantizar la continuidad del aprendizaje en todos los municipios afectados por el huracán Otis.

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Cobertura informativa con rectitud e imparcialidad de Ciudad Valles, la Huasteca Potosina y las 4 regiones de San Luis Potosí (SLP): Región Huasteca, Región Media, Región Centro y el Altiplano Potosino.

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