El dos veces alcalde vallense fue un visionario político y empresario que dejó una huella imborrable en su amada tierra.

Hoy partió un pilar de la comunidad, un líder incansable y un visionario que transformó el paisaje urbano de Ciudad Valles. A los 92 años, en la quietud de un martes que guardará su recuerdo, nos dejó Antonio Esper Bujaidar, un hombre cuya vida estuvo entrelazada con el progreso y la mejora continua, y a quien se le atribuye la modernización del segundo municipio más importante de San Luis Potosí.

Nacido el 27 de octubre de 1931 en el seno de una familia ejemplar, Antonio, o “Toño Esper” como lo conocían cariñosamente, fue el primogénito de los Esper Bujaidar. Desde temprana edad, su espíritu emprendedor y su amor por Ciudad Valles brillaron con intensidad, moldeados por las enseñanzas de sus padres, Antonio Esper Hanna y Catalina Bujaidar Siade, de ascendencia libanesa.

Estudió la primaria en la Escuela “Miguel Hidalgo” (1938-1943); la secundaria la cursó en el Instituto Potosino, y en 1947 ingresó al Tecnológico de Monterrey en la carrera de Contador Público; sin embargo, la dejó trunca para colaborar en el negocio familiar “Las Novedades”, ubicada en la Avenida Hidalgo. Desde joven, se destacó como un empresario emprendedor y fundó una de las primeras tiendas de autoservicio en la región: Almacenes Esper, convirtiéndose -junto a sus hermanos- en rectores de la economía local.

Contrajo matrimonio con Nelly Sulaimán Chagnon -hermana de José Sulaimán Chagnon, quien fuera presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB)- y tuvo tres hijos: Antonio, Arturo y Nelly Catalina. Antonio Esper no solo fue un distinguido político, sino que la sangre empresarial corría por sus venas, y sobre todo en lo relacionado con el deporte por excelencia para los mexicanos: el boxeo. Toño Esper fue el responsable de traer a Muhammad Ali a Ciudad Valles, así como a otras estrellas del boxeo como Julio César Chávez y Mike Tyson.

Antonio Espero Bujaidar y José Sulaimán Chagnon junto a Muhammad Ali.

Esper Bujaidar ocupó diversos cargos públicos a lo largo de su carrera política. Fue presidente de la Canaco Servytur de la Huasteca Potosina, regidor del H. Ayuntamiento de Ciudad Valles y presidente municipal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante el periodo 1976-1979.

Su incursión en la arena política marcó un nuevo capítulo en la historia de Ciudad Valles. Dos veces alcalde y exdiputado federal, Toño dejó una impronta indeleble en la evolución de su amada ciudad. Durante su mandato, trazó un ambicioso plan de infraestructura que cambió el rostro de Ciudad Valles, desde la transformación de la Calle Hidalgo con adoquines y alumbrado público hasta la pavimentación de arterias vitales como el boulevard México-Laredo y la calle Zaragoza, pero su visión se extendió más allá de lo tangible, pues junto a su hermano Alfonso, erigió el Centro Cultural de la Huasteca Potosina, un faro de conocimiento y cultura en la región.

Calle Miguel Hidalgo, principal avenida en Ciudad Valles.

Paralelamente a su carrera política, Antonio Esper continuó con sus actividades empresariales en Almacenes Esper. En 1988, regresó a la alcaldía de Ciudad Valles; empero, dejó el cargo para postularse como diputado federal por el IV distrito electoral en 1991. En ese mismo año, fue nombrado secretario de Obras y Servicios Públicos en el gobierno del exgobernador Horacio Sánchez Unzueta.

En 1997, Esper Bujaidar fue nuevamente postulado como candidato a diputado federal por el IV distrito con cabecera en Ciudad Valles, cargo que ocupó hasta el año 2000, cuando compitió por la senaduría, pero no logró obtener los votos necesarios para el segundo escaño en la cámara alta debido al efecto Fox.

De acuerdo con relatos de Sánchez Unzueta, Toño Esper estuvo muy cerca de ser gobernador de la entidad potosina, toda vez que, cuando fue congresista federal, la demarcación había caído en una inestabilidad política singular, razón por la que Esper Bujaidar pudo haber tomado el mando del estado, considerando que se manifestaron todas las condiciones para que hubiera sido un gran gobernador de San Luis Potosí, puesto que sus habilidades eran las idóneas para ocupar un cargo de tal magnitud y cambiar el rumbo de la zona.

Posteriormente, Antonio Esper se convirtió en presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en San Luis Potosí. Durante el gobierno de Fernando Toranzo Fernández, fue designado como director de los Parques Tangamanga y, en el gobierno de Juan Manuel Carreras López, fue ratificado en ese cargo. Al finalizar su periodo, se retiró a la vida privada y, hace algunos meses, fue homenajeado por sus amigos.

La calidad humana de Antonio Esper se atribuye de la educación recibida cuando era un infante, ya que, debido al trabajo ocupado de sus padres, fue criado por una señora de orígen indígena de nombre Tiburcia, quien fue muy querida por la familia Esper Bujaidar. Antonio Esper siempre fue una persona caracterizada por la compasión y empatía, siendo un referente empresarial y de la política, no solo en la Huasteca Potosina, sino en todo San Luis Potosí. Que descanse en paz el inolvidable Toño Esper.

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Masculinista, comunicador y productor empírico.

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