Un ejemplo es SafeHER, aplicación para usuarias del transporte público en Filipinas, con herramientas como alerta SOS, uso compartido de ubicación en vivo, detección de gritos, etcétera.
El uso de programas de inteligencia artificial para generar desnudos falsos de niñas, adolescentes y mujeres con voz pública es una preocupación creciente en todo el mundo. Estas prácticas, alimentadas por el machismo arraigado en la sociedad, están siendo desafiadas por científicas y programadoras que buscan cambiar el rumbo de esta tecnología para combatir la desigualdad de género.
La Red Feminista de Investigación en Inteligencia Artificial (Fr) está liderando el camino en este esfuerzo, buscando desarrollar algoritmos que incorporen una perspectiva feminista desde su diseño para abordar los sesgos de género y otras formas de discriminación. Su objetivo es identificar y corregir prejuicios dentro de los espacios digitales, fomentando la colaboración y desarrollando soluciones de IA que reflejen principios feministas.
En diferentes partes del mundo, se están implementando iniciativas con enfoque feminista para abordar la violencia de género y las desigualdades. Por ejemplo, SafeHER en Filipinas proporciona herramientas de seguridad para mujeres usuarias del transporte público, mientras que AymurAI en Argentina ayuda a abordar la falta de datos sobre violencia de género en el sistema judicial. En Chile, SOF+IA ofrece apoyo y recursos a personas que sufren violencia de género facilitada por la tecnología en redes sociales.
Para abordar estas cuestiones de manera integral, se destaca la importancia de la educación digital y la educación sobre violencia de género en las escuelas. Es fundamental enseñar a detectar y combatir la desinformación y el abuso en línea, así como concienciar a los jóvenes sobre las diversas formas de violencia de género y sus consecuencias.
Además, se enfatiza la necesidad de aumentar la representación de mujeres y personas diversas en el desarrollo de tecnologías, para asegurar que sus necesidades y perspectivas sean consideradas en el proceso. Esto implica incluir a personas de diferentes orígenes étnicos, culturales y sociales en el diseño y la implementación de soluciones tecnológicas.
En última instancia, el objetivo es transformar la inteligencia artificial en una herramienta para la equidad de género y la justicia social, y esto requiere un compromiso colectivo para desafiar y cambiar las estructuras de poder y los prejuicios arraigados en la sociedad.