Depresión infantil y juvenil ocupa hasta el 40% de consultas en salud mental del ISSSTE

Los síntomas persistentes de tristeza, apatía, o falta de interés en actividades que antes eran placenteras ameritan buscar ayuda médica.

La depresión, una de las enfermedades mentales más comunes a nivel mundial, puede provocar discapacidad y sufrimiento significativos. En los servicios de psicología y paidopsiquiatría de los hospitales regionales, constituye entre el 35% y el 40% de los motivos de consulta en niños y adolescentes, según informó Pedro Zenteno Santaella, director general del nuevo Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).

El Issste ha implementado una red de servicios de salud mental en línea con la Estrategia Nacional para la Prevención de Adicciones (ENPA), ya que la depresión está asociada con factores de riesgo, especialmente en adolescentes. Además, la población puede acceder a la Línea de la Vida 800 911 2000 las 24 horas del día, los siete días de la semana, para recibir apoyo psicológico de profesionales de la salud.

En el marco del Día Mundial contra la Depresión, el especialista en paidopsiquiatría del Hospital Regional “1° de Octubre”, José Luis Pozos Saldívar, destacó que el trastorno depresivo se manifiesta con síntomas como tristeza, apatía y anhedonia, esta última caracterizada por la falta de motivación o interés en actividades que antes resultaban satisfactorias.

En la población pediátrica, la depresión es más común en jóvenes de 13 a 17 años, debido al estrés asociado con los cambios físicos y emocionales, problemas con amigos, acoso escolar, presión académica, conflictos familiares y factores genéticos. Se estima que entre el 60% y el 80% de los niños diagnosticados con depresión moderada o grave tienen antecedentes familiares de trastornos afectivos.

El especialista señaló que la pandemia reciente ha generado alteraciones que afectan el estado de ánimo, como la falta de energía, dificultades de concentración, disminución del interés en actividades sociales y trastornos del sueño, especialmente en niños expuestos a situaciones de estrés o traumáticas.